¿Qué es la lesión del nervio periférico?
Los nervios periféricos se encuentran fuera del cerebro y la médula espinal. Transportan información a los músculos para iniciar movimientos, además de transportar información sensorial desde las extremidades y otros tejidos hasta la médula espinal y el cerebro. Cuando se lesionan, distorsionan o interrumpen los mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo.
Lesión traumática del nervio periférico. ¿Quién, dónde y cómo?
Aproximadamente 20 millones de personas en Estados Unidos padecen algún tipo de neuropatía periférica. Existen más de 100 tipos de trastornos de los nervios periféricos que pueden afectar a uno o varios nervios. Las lesiones más comunes de los nervios periféricos son de naturaleza traumática (p. ej., fractura, laceración) o resultado de una neuropatía por compresión (p. ej., síndrome del túnel carpiano, síndrome del desfiladero torácico). Dos ejemplos frecuentes en la clínica son la lesión del plexo braquial y la parálisis del nervio radial.
Los varones jóvenes son los que corren mayor riesgo.
El miembro superior es el más comúnmente afectado.
Los accidentes automovilísticos son con frecuencia la causa.
Lesión del plexo braquial
Un conjunto complejo de nervios que controla los músculos de los dedos, la mano, el brazo y el hombro. Los nervios se originan en la médula espinal e inervan los músculos y la piel de la extremidad superior. Las lesiones del plexo braquial pueden ocurrir como resultado de un traumatismo, tumores o inflamación del hombro. La gravedad de una lesión del plexo braquial depende del tipo y la magnitud del daño a los nervios.
Parálisis del nervio radial
El nervio radial recorre la parte inferior del brazo y controla el movimiento del tríceps (músculo ubicado en la parte posterior de la parte superior del brazo), responsable de extender la muñeca y los dedos, y controla la sensibilidad en una parte de la mano.
Las lesiones del nervio radial se denominan neuropatía radial o parálisis radial. Pueden producirse como resultado de un traumatismo físico, una infección o la exposición a toxinas.
Los síntomas pueden incluir entumecimiento, dolor, ardor u hormigueo, debilidad muscular y sensibilidad al tacto.
Revivir, restaurar, redimir.
Tras una lesión, el nervio intentará repararse regenerando nuevas unidades nerviosas. Para restaurar su función, las unidades regenerativas intentarán crecer a lo largo del nervio para reinervar el músculo o la piel. Si bien la sensibilidad puede recuperarse incluso tras largos periodos de denervación (pérdida de inervación), la reinervación muscular no ofrece el mismo beneficio.
Los nervios se regeneran a un ritmo de 1 pulgada por mes.
Si no hay evidencia de recuperación a los 3-6 meses generalmente se recomienda cirugía.
Del trauma al triunfo.
Busque atención médica para una lesión de nervio periférico lo antes posible. El tejido nervioso puede repararse, y el diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden prevenir complicaciones y lesiones permanentes.
Algunos ejemplos de objetivos terapéuticos actuales pueden incluir los siguientes:
• Reduce el dolor y el edema.
• Evitar el estiramiento excesivo del músculo desnervado.
• Reducción sensoriomotora
• Prevenir contracturas
• Coloque la mano y la muñeca afectadas de manera funcional utilizando una ortesis o un guante.
• Mantener los músculos activos