5 maneras de maximizar su potencial de recuperación

Cuando usted o un ser querido sufre un derrame cerebral, la primera pregunta suele ser: "¿Cómo puedo recuperarme lo más rápido posible?". Para aprovechar al máximo la neuroplasticidad del cerebro, es importante buscar el plan de atención y rehabilitación más óptimo. Además, su salud física y mental general está directamente relacionada con el éxito de su terapia para el derrame cerebral . El ejercicio mejora el bienestar mental y mantiene el cuerpo sano y fuerte, maximizando su capacidad de curación. Sin embargo, incluso con un régimen de ejercicio constante, se deben esperar algunos obstáculos psicológicos. La depresión es común después de un derrame cerebral y debe tomarse tan en serio como cualquier otro síntoma o enfermedad. Dicho esto, comprender los desafíos que pueden surgir durante el proceso de recuperación del derrame cerebral puede ayudarlo a prepararse para una recuperación exitosa.

#1: El tiempo es crucial. Busque atención de urgencia de inmediato.

Inmediatamente después de un accidente cerebrovascular, es fundamental buscar atención de emergencia de inmediato. Los pacientes que llegan al servicio de urgencias en las tres horas siguientes a los primeros síntomas tienden a presentar menos discapacidad meses después que quienes retrasaron la atención. Según la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association) , el 85 % de los accidentes cerebrovasculares son isquémicos, es decir, causados ​​por un coágulo que bloquea el flujo sanguíneo a una zona del cerebro. Alteplasa IV r-Tpa es el único medicamento aprobado por la FDA para el accidente cerebrovascular isquémico, pero puede disolver el coágulo hasta tres horas después de su desarrollo, lo que hace que la atención de emergencia sea crucial. Durante un accidente cerebrovascular, cada momento es crucial, por lo que familiarizarse con los signos de un accidente cerebrovascular , especialmente si usted o un ser querido tienen un riesgo elevado, puede mejorar considerablemente sus posibilidades de supervivencia y recuperación, al ayudarle a buscar atención médica más rápidamente. Cuanto antes llegue al hospital una persona que ha sufrido un accidente cerebrovascular, antes podrá comenzar el tratamiento. El proceso de rehabilitación comenzará casi de inmediato, incluso dos días después del accidente cerebrovascular, aprovechando al máximo la capacidad del sistema nervioso para sanar. El equipo médico del paciente lo/la guiará a través de una serie de opciones de rehabilitación, comenzando con rehabilitación hospitalaria y eventualmente pasando a atención domiciliaria con apoyo o ambulatoria. El tiempo de recuperación del ictus depende de la gravedad del mismo y del estado de salud del paciente. La terapia temprana puede incluir ejercicios básicos mientras el cuerpo recupera movilidad y fuerza, con un nivel de dificultad que aumenta gradualmente con el tiempo. A lo largo de todo el proceso de rehabilitación del ictus, el progreso de la recuperación puede fluctuar o estancarse dependiendo del nivel de neuroplasticidad del cerebro, pero el progreso puede continuar con las intervenciones adecuadas. Especialmente durante la fase subaguda de la recuperación (que suele ocurrir entre tres y seis meses después del ictus), es posible lograr cambios significativos con el apoyo de una rutina confiable y dispositivos complementarios de terapia para ictus en el hogar . Las ortesis de mano y brazo de alta calidad pueden reforzar la extremidad afectada, facilitando una mejor recuperación y función. Crear un ambiente adecuado que promueva un régimen de terapia dedicado y una buena salud personal es esencial para aprovechar al máximo la recuperación del ictus.

#2: El ejercicio fortalece tu cuerpo y tu mente

Con frecuencia, el ejercicio físico es clave para la recuperación general, especialmente durante los períodos más difíciles. El equipo de terapia para el ictus podría recomendarle actividad aeróbica leve tan pronto como sea físicamente seguro después del ictus. Las recomendaciones médicas pueden variar según la gravedad de los síntomas relacionados con el ictus, pero si su salud le permite incorporar esta rutina, puede contribuir significativamente a su rehabilitación. Los beneficios del ejercicio aeróbico después de un ictus incluyen mayor energía general, recuperación de fuerza y ​​equilibrio, mejor circulación en las zonas corporales necesarias, disminución de la presión arterial y mejoras en el estado de ánimo y la salud mental. Una mejor coordinación y fuerza en el resto del cuerpo también implica un mejor soporte para la zona afectada que se somete a la terapia. La Asociación Americana del Corazón informa que el ejercicio estructurado mejora las capacidades cognitivas, como la memoria, la función ejecutiva y la capacidad de atención. Además, el ejercicio aeróbico puede ayudar a contrarrestar los efectos de la depresión relacionada con el ictus. Todos estos factores, desde la pérdida del equilibrio hasta los problemas de memoria y los bajones de ánimo, pueden interferir con la capacidad del paciente para participar de forma constante en la terapia, por lo que cualquier método saludable para aliviar estas dificultades aumenta la eficacia del programa de rehabilitación en su conjunto. La cantidad recomendada de ejercicio aeróbico puede variar según la salud de la persona durante una semana determinada. La AHA recomienda un objetivo de 30 minutos de ejercicio moderado cinco veces por semana o 25 minutos de ejercicio intenso tres veces por semana. Toda rutina de ejercicio debe adaptarse a las capacidades actuales del paciente. Las caídas y lesiones, especialmente en estas primeras etapas, pueden provocar complicaciones y contratiempos graves, por lo que es importante trabajar con un asistente y consultar siempre a su médico antes de comenzar un nuevo régimen de entrenamiento.

#3: La neuroplasticidad es la clave para que tu cerebro se repare a sí mismo

El cerebro es un órgano increíblemente elástico y autosuficiente, pero al igual que otras regiones del cuerpo, requiere ejercicio para recuperarse de un ictus. Tras el ictus, se pueden forjar nuevas conexiones neuronales mediante la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para cambiar y formar nuevas redes. Estos cambios se producen en respuesta a señales del mundo exterior, y la terapia constante para el ictus es la fuente más fiable de estas señales.

Dado que los accidentes cerebrovasculares suelen afectar la corteza motora, los ejercicios que imitan o reconstruyen lentamente estas funciones perdidas suelen ser el enfoque principal de la terapia. La terapia de espejo es un enfoque terapéutico que utiliza una caja de espejos para regenerar las redes neuronales que controlan las extremidades y otras partes del cuerpo. Desarrollada por Vilayanur S. Ramachandran en la Universidad de California en San Diego para abordar el dolor del miembro fantasma, una caja de espejos utiliza espejos para dar la impresión al cerebro del usuario de que está moviendo una extremidad afectada. En la terapia de espejo, el paciente realiza ejercicios con una extremidad sana, pero debido a las superficies reflectantes dentro de la caja, parece como si se estuviera ejercitando la extremidad afectada. Un estudio de 2016 respalda el uso de la terapia de espejo para promover la recuperación motora en la hemiparesia posterior a un accidente cerebrovascular. Cuanto más completa y exhaustiva sea la terapia, mayores serán las probabilidades de una buena recuperación. El tiempo dedicado a los ejercicios diarios de rehabilitación se relaciona directamente con la velocidad y el éxito del proceso de curación. Para que este programa funcione, se requiere un régimen estable, conocimientos sobre rehabilitación de accidentes cerebrovasculares y acceso a herramientas de apoyo en casa. Desarrollar un sentido de independencia también puede contribuir significativamente a la constancia; si los sobrevivientes de un ictus se adaptan a un ritmo de terapia en casa que funciona, es más probable que se mantengan en el programa. Tanto el apoyo físico como el psicológico son necesarios para mantener el tratamiento del ictus en marcha y fomentar una recuperación exitosa, pero es totalmente posible con la ayuda de seres queridos y profesionales médicos atentos.

#4: Si sufres de depresión, busca tratamiento

La depresión en sobrevivientes de un ictus es una preocupación común: hasta una cuarta parte de los pacientes experimentan sus efectos durante el proceso de recuperación. Cualquier signo de depresión debe tomarse tan en serio como cualquier otro efecto secundario y tratarse lo antes posible. La depresión es mucho más que una disminución del estado de ánimo general. La fatiga, la dificultad para concentrarse, las interrupciones del sueño y la pérdida de interés en las cosas que le brindan alegría son solo algunos de los signos comunes de depresión. Es fácil ver cómo estos síntomas pueden afectar el proceso, a menudo intenso, de rehabilitación tras un ictus. Hable con su equipo médico sobre cualquier síntoma de depresión, antes de que pueda obstaculizar su proceso de recuperación. Algunas personas se vuelven más susceptibles a la depresión después de una alteración neurológica como un ictus. Al conocer los signos , usted y su equipo médico pueden estar más atentos a posibles problemas. Los factores de riesgo comunes para la depresión posterior a un ictus incluyen lesiones cerebrales previas, antecedentes de enfermedades mentales y problemas funcionales como la enfermedad de Parkinson. Las mujeres tienden a tener mayor riesgo que los hombres, y factores de estilo de vida como vivir solo también pueden aumentar el riesgo.

Si aparecen signos de depresión o parece probable que aparezcan, existen muchos tipos comunes de terapia disponibles para ayudar a los sobrevivientes de un ictus en este momento difícil. Un terapeuta cognitivo, por ejemplo, puede guiarlo a través de la experiencia diaria de lidiar con un ictus y enseñarle métodos para manejar las frustraciones y los signos de depresión que surjan. Otros sobrevivientes de ictus han descubierto que el arte, la música o incluso la terapia con mascotas pueden mejorar su estado mental y su recuperación general. Las personas que prueban la terapia con mascotas después de un ictus han mostrado una reducción en los signos de depresión y soledad. Como ocurre en todos los momentos de sanación, contar con un sólido sistema de apoyo puede ayudarle a mantenerse en el buen camino y a estar a la altura de las exigencias del proceso terapéutico del ictus. El progreso puede parecer lento, especialmente durante las últimas fases de la recuperación, y una red de apoyo mantiene los días variados y llenos de actividades y cuidados alentadores. Esta sensación de normalidad también puede reflejar el estilo de vida del paciente antes del ictus, lo cual puede ser beneficioso para el proceso de curación.

#5: La motivación para la rehabilitación viene de dentro y de fuera

La depresión no es el único trastorno psicológico que puede ralentizar el proceso de terapia del ictus. Un estudio de 2012 reveló que más de un tercio de los pacientes observados experimentaban apatía post ictus durante los meses de terapia. La fatiga post ictus es tan común que a menudo se la conoce como "el síntoma invisible", y tras un cambio de vida tan frustrante y repentino, no hay duda de por qué ocurre. Encontrar un equilibrio entre la rehabilitación y el descanso es difícil, y cuando disminuyen los signos de recuperación del ictus, es fácil asumir que los ejercicios ya no funcionan. Desafortunadamente, esta disminución de la motivación conduce directamente a mayores disminuciones en el progreso. Entonces, ¿cómo pueden usted y su equipo de apoyo combatir este ciclo difícil? Estableciendo objetivos alcanzables a corto plazo y marcando su proceso de rehabilitación en pequeños pasos. Si comienza a experimentar los efectos de la depresión, solicite apoyo adicional de un profesional de la salud mental. Nadie puede atravesar este proceso solo y sin dificultades. Además, apóyese en su rutina diaria. La repetición es clave para el progreso neurológico y una forma de mantener su cuerpo en movimiento durante los días más difíciles. Las oleadas de frustración suelen disiparse tan rápido como aparecen, y la motivación volverá si se mantiene el tratamiento prescrito para el ictus. En otros casos, simplemente esperar no es suficiente. Trate con cuidado síntomas como la depresión y la fatiga causada por el tratamiento. Crear un sistema de apoyo, tanto en el hogar como en la comunidad, puede ser clave para un proceso de tratamiento rápido y exitoso. En Saebo , nos comprometemos a brindar apoyo y recuperación a todos los sobrevivientes de un ictus y sus familias. Saebo ofrece una amplia gama de productos que combinan tecnología de vanguardia con técnicas de rehabilitación basadas en la evidencia. Nuestra oferta y red de terapeutas capacitados por Saebo pueden ayudarle a usted o a un ser querido a obtener todas las herramientas necesarias para maximizar la recuperación del ictus.