Depresión después de un accidente cerebrovascular: ¿cuál es la conexión?


A pesar de la mayor conciencia pública sobre enfermedades mentales como la depresión, muchas personas aún no están muy familiarizadas con la enfermedad y sus síntomas.
La depresión no es simplemente sentirse triste o decaído. Es una enfermedad grave que puede tener numerosos efectos mentales y físicos, como pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, incapacidad para realizar tareas cotidianas, dolor muscular y desesperanza.
Los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular tienen una probabilidad entre cuatro de sufrir depresión grave. Y lo insidioso de la depresión es que puede aparecer y desaparecer, pero una vez que la padeces, es mucho más probable que regrese. La depresión grave puede durar semanas, meses o incluso años; con el tiempo, afectará el apetito, los niveles de energía, el ciclo de sueño y el interés por la vida de la persona.
Relación entre el accidente cerebrovascular y la depresión
Recuerde que uno de cada cuatro sobrevivientes de un ictus sufrirá depresión. Las probabilidades son las mismas en las etapas temprana, intermedia y tardía de la recuperación. Sin embargo, el período más sensible parece ser los primeros meses después de un ictus agudo.
Si bien se necesita más investigación sobre el diagnóstico y el tratamiento de la depresión en sobrevivientes de un ictus, sabemos que los efectos de la depresión y la ansiedad pueden comprometer la eficacia de la fisioterapia y el tratamiento farmacológico. Por ejemplo, la depresión y la ansiedad pueden dificultar la motivación y la concentración, la asistencia a citas, la práctica de ejercicios en casa y la toma correcta de la medicación.
Factores de riesgo de depresión post-ictus
Aunque la depresión es común en quienes han superado un accidente cerebrovascular, existen ciertos factores que aumentan el riesgo de desarrollarla. Estos incluyen:
- Haber tenido una enfermedad mental previa
- Ser mujer
- Haber tenido una condición previa que afectó su forma de pensar (lesión cerebral traumática)
- Haber tenido problemas funcionales previos (aquellos causados por el Parkinson u otros trastornos neuromusculares)
- Vivir solo
Cuanto más graves sean las consecuencias del ictus, mayor será el riesgo de padecer depresión debido al mayor grado de discapacidad física y/o neurológica. En particular, quienes han superado un ictus y desarrollan afasia (disminución de la capacidad para hablar y comprender el lenguaje) son más propensos a sufrir depresión.
Síntomas de depresión post-accidente cerebrovascular

Los sobrevivientes que se deprimen suelen experimentar síntomas entre tres y seis meses después del accidente cerebrovascular. Sin embargo, los signos de depresión pueden aparecer tan pronto como un mes o incluso varios años después del accidente cerebrovascular.
Los investigadores creen que dos factores principales influyen en el momento de aparición: los cambios bioquímicos en el cerebro tras el ictus y los cambios subsiguientes en el estado de ánimo y la personalidad a lo largo del tiempo. Estos cambios también tienen sus propias causas potenciales, entre ellas:
- Soledad y falta de interacción social
- Genética
- Limitaciones en las capacidades físicas y mentales después del accidente cerebrovascular
Puede ser difícil para los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular identificar o expresar sus propios síntomas, por lo que es muy importante que los cuidadores estén atentos a los siguientes signos de depresión :
- Sentimientos de tristeza y ansiedad que no desaparecen.
- Pérdida de interés en actividades que solían ser placenteras
- Sentimientos de inutilidad y desesperanza
- Fatiga
- Dificultad para mantener la concentración
- Cambios en los patrones de sueño, como dormir demasiado o muy poco
- Cambios en el apetito, como comer en exceso o no comer lo suficiente.
- Menor interés en actividades sociales con amigos y familiares.
- Pensamientos suicidas
Estos síntomas también pueden venir acompañados de cambios de humor importantes, entre ellos:
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Agitación
- Cambios en el comportamiento
- Apatía
- Alucinaciones
Si cuida a un superviviente de un accidente cerebrovascular, esté atento a estos síntomas. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son importantes para preservar la salud mental del superviviente y evitar comprometer su recuperación.
Tratamiento de la depresión después de un accidente cerebrovascular

Dejar la depresión sin tratar puede retrasar la recuperación física y cognitiva. La desnutrición, la incontinencia, el dolor, la fatiga y los problemas de sueño son comunes después de un accidente cerebrovascular, pero pueden empeorar con la depresión. La depresión también puede aparecer de forma gradual en pacientes que se sienten frustrados por la falta de progreso en su recuperación.
Afortunadamente, existen varios métodos eficaces para tratar la depresión posterior a un accidente cerebrovascular, entre ellos:
- Medicamentos. Los antidepresivos han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la depresión. Actúan interactuando con los neurotransmisores cerebrales, lo que mejora el estado de ánimo del paciente. Son recetados por psiquiatras, médicos de atención primaria o médicos de cabecera.
- Terapia de conversación. A veces, la depresión se puede aliviar hablando con un terapeuta. Muchos médicos sugieren combinar la terapia con medicamentos para mejorar las probabilidades de éxito. Un psiquiatra, psicólogo, consejero o trabajador social ofrece terapia de conversación.
- Terapia cognitivo-conductual. Este tipo específico de terapia enseña a identificar pensamientos y/o sentimientos dañinos y a desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas.
- Otras terapias. Cuando la depresión es causada por afasia u otra discapacidad, la recuperación de la discapacidad puede mejorar el estado de ánimo y aliviar la depresión. Por eso es fundamental buscar terapia física, ocupacional y cognitiva, junto con apoyo para la salud mental.
Cambios en el estilo de vida que ayudan con la depresión
Además de la medicación y la terapia, numerosas investigaciones demuestran que unos sencillos cambios en el estilo de vida ayudan a aliviar los síntomas de la depresión. Estos cambios incluyen:
- Asiste a un grupo de apoyo . Hablar de tus dificultades con personas en la misma situación te ayuda a sentirte menos solo.
- Come sano. Una buena alimentación es importante no solo para tu salud general y tu recuperación de un accidente cerebrovascular, sino que también puede mejorar tu salud mental.
- Manténgase socialmente activo. Aunque quizás no pueda hacer tanto como antes, es fundamental mantenerse en contacto con familiares y amigos y participar en actividades sociales.
- Sea lo más independiente posible. Los seres humanos necesitamos sentirnos independientes y competentes. La recuperación de un accidente cerebrovascular puede requerir la ayuda de cuidadores, pero si hay cosas que puede hacer por su cuenta sin peligro, insista.
- Haz ejercicio con regularidad. Está comprobado que la actividad física , especialmente la de bajo impacto, como caminar, mejora la salud mental. También contribuirá a tu recuperación.
La depresión es tratable
Recuerde siempre que la depresión es una enfermedad tratable. Aunque muchos sobrevivientes de un accidente cerebrovascular la padecen, la mayoría también se recupera. Al diagnosticar la depresión a tiempo y recibir el tratamiento adecuado, puede sanar y mantener su recuperación física y cognitiva en buen camino.
Todo el contenido de este blog es únicamente informativo y no sustituye el consejo, diagnóstico ni tratamiento médico profesional. Consulte siempre con su médico u otro profesional de la salud cualificado si tiene alguna pregunta sobre una afección médica. Si cree tener una emergencia médica, llame a su médico o al 911 de inmediato. Confiar en la información proporcionada por el sitio web de Saebo es bajo su propio riesgo.
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